El
significado que tiene el fútbol en su esencia, hacen de este deporte una
auténtica escuela de la vida. Saber entender los valores que este encarna, marcará
nuestro camino, dando a este deporte una imagen más ética y limpia o por el contrario
más turbia y deshonesta.
Ser
testigos de algunos de los sucesos que últimamente ha llenado la actualidad del
fútbol profesional, debería hacer que todos aquellos que amamos este deporte
nos paremos a pensar qué clase de fútbol queremos tener.
Foto: EITB |
La
responsabilidad que el fútbol profesional tiene como reflejo en esta sociedad
dado su alto impacto en ella, debería de ser suficiente motivo como para que
futbolistas, presidentes, entrenadores, árbitros e instituciones caminaran
juntos tratando de ser un ejemplo y no una vergüenza.
Podemos
imaginarnos lo difícil que puede resultar conseguir que un “pequeño futbolista”
entienda que no hay que empujar al contrario, agredir al árbitro o gritar a
este, cuando los profesionales a los que idolatra y sobre los que se quiere
reflejar lo hacen día tras día.
El
niño mira, aprende e imita, los profesionales del fútbol tienen la
responsabilidad de ofrecer una imagen adecuada a aquellos que les idolatran. De
otro modo el mensaje que se envía sobre el deporte del fútbol es totalmente
equivocado y va muy lejos de lo que debería de ser.
La
carencia de autocrítica que hay en el fútbol actual tiene que llevarnos a
analizar lo que este deporte ofrece a diario, para crear un punto de partida en
el que todos nos podamos sentir orgullosos de disfrutar de un partido de fútbol
sin vivir momentos en los que la vergüenza sustituya a la emoción.
Fotosybanquillo