En un deporte como el fútbol vivir el día a día es emocionante y esta lleno de experiencias inolvidables, si ese día a día lo compartes con pequeños futbolistas de 6 y 7 años el resultado va a ser siempre edificante y muy gratificante.
Hoy os acercamos a todos la maravillosa experiencia que puede resultar de compartir 5 días de fútbol, juegos, risas y mucha ilusión con un equipo de prebenjamines con el fútbol como nexo de unión.
" Desde FotosyBanquillo tengo la
oportunidad de narrar esta bonita experiencia, compartida con 15 niños de 6 y 7
años que parten hacia su primera concentración fuera de casa, sus vivencias,
sus ocurrencias y todo lo vivido junto a ellos.
Lo primero presentarme, me
llamo Roberto Tello, entrenador del Prebenjamin A del C.F. Fuenlabrada S.A.D y
parte del cuerpo técnico del Infantil A de División de Honor del mismo club.
Comencemos por el principio de
este viaje cocinado en el despacho de Carlos Pozo como jefe de expedición y
escudado por Mario Tortosa, Edgar Corrales y Alex Rueda, coordinadores todos
ellos del club y escuderos sin descanso. Hoteles, autobuses, itinerarios,
ropas, papeletas y todos aquellos detalles visibles y no visibles que harían
que pasáramos la mejor experiencia deportiva posible.
Los días previos de locura,
los nervios de los padres afloraban, al fin y al cabo se separaban de sus
pequeños 4 días, sus miedos y sus confidencias eran atendidos con total
naturalidad y la verdad no nos preocupaba, sabíamos que todo iba a salir bien.
En la cabeza seguridad, iba
acompañado por el mejor equipo posible para cuidar y atender a mis pequeños
cachorros, Alberto López, Carlos Pozo, Marta Gonzalez (que importante eres
Marti) y mi inseparable Mario Tortosa, compañero, amigo y una de esas personas
por las que todo esfuerzo cobra sentido.
En la mochila,
responsabilidad, mucha responsabilidad, la de ser la persona de más edad en la
expedición, y lo que es más importante, el único padre de la misma, la
responsabilidad de pertenecer a 2 cuerpos técnicos durante el torneo y la
depositada por los padres de mis prebenjamines y cuando digo esto me refiero a
los de esta temporada y la pasada. Cuida de los nuestros me decía Cristina,
mama del Benjamin D esta temporada, como no voy a cuidar de mis niños del año
pasado, cuando ese grupo de padres cuido de mí durante toda la temporada
pasada, pues claro que sí.
Pero también la confianza que
me daba el haber vivido varios torneos de este tipo como jugador, junto a D.
Pedro Rafael González Requena, delegado durante más de una década de la U.D.
Boadilla-Las Rozas y el mejor jefe de expedición que nunca tuve, esos
cuadernillos de expedición eran mágicos y yo me los estudiaba de principio a
fin, nada podía salir mal.
Hora de salida 8:00 de la
mañana del Estadio Fernando Torres y allí iban llegando, sus caras de sueño
unidas a las de ilusión, simplemente indescriptibles, maletas, chándal y hasta
almohada del pequeño Mario Cabanillas, que partía con ventaja, muchos viajes de
su padre le servían como experiencia para ir lo más cómodo posible.
Pudimos contabilizar hasta
1.500 millones de cuanto queda o cuando llegamos, las fotos y películas durante
el autobús amenizaban las más de 7 horas de viaje de lo que era el comienzo de
nuestra Semana Santa, El Hotel Ronda nos esperaba en el Puig.
Partimos ya con alguna baja
desde Madrid, los nervios hacían estragos y la tripa no perdonaba, durante
estos cuatro días hemos madurado más que en cuatro años como personas, curso en
pediatría, curso en pelar peras y manzanas y cursos en duchar niños en tiempo
records nos han sido reconocidos por la Universidad del Fútbol de Madrid, pero
lo más importante es que todos y cada uno de los 14 monitores que hemos tenido
la suerte de enrolarnos en esta aventura volvemos siendo un poquito mejor
persona que a la partida, gracias a los 84 niños que nos lo han permitido.
Llegada, checking, bañador y a
la playa, gymkana cortesía de Edgar y Mario. Alex Rueda todavía les da las
gracias por dejarle la posta más fácil, que manera de complicarse e amigo,
niños calados, rebozados en arena y monitores calados hasta los huesos con ropa
puesta, todavía me dura el constipado gracias a mis chicos del infantil. Los
padres desde la distancia reían y comentaban.
El objetivo era claro cansar a
los peques después del viaje y lo consiguieron, monitores 0-1 prebenjamines,
son incansables, lo admitimos.
Cena y la primera noche
juntos, algunos padres creemos que hicieron guardia en la puerta del hotel,
pensando que les habíamos secuestrado a los niños o que estos les llamarían a
las 4 de la madrugada, la verdad, durmieron como troncos.
El torneo nos esperaba,
presentación y a jugar, la verdad lo deportivo importa más bien poco, nos
quedamos con la experiencia, la convivencia, el cómo unos equipos del club,
animaban al resto de categorías y en particular como todos y cada uno de
nuestros mayores nos animaba, eramos los pequeños y nos cuidaban, somos el C.F.
Fuenlabrada, más que un club somos su gente. Carlos Diaz “Mi Carlitos” paso de
no hablar en toda la temporada pasada a convertirse en auténtico animador del
torneo, con 8 años parecía el jefe de la Doce Sur, sus canticos eran conocidos
y coreados por todos los asistentes “GRANDE”.
Nuestra afición la mejor del
torneo sin lugar a dudas, mención aparte los papas del Benjamin A, de Edgar
Corrales, no se perdieron una, mil gracias a ellos y a todos los asistentes en
la semifinal contra el F.C. Barcelona, lo que hicisteis por este grupo de
pequeños campeones no se olvida.
En el camino alguna muestra de
añoranza de los peques para con sus padres era lógica y gestionada por nuestra
parte, alergias, fiebres y gastroenteritis nos hacían consultar a la experta,
Mil gracias Sara Ávila, mujer y compañera no solo por dejarme disfrutar de esta
vivencia sino por tus consejos de madre al otro lado de la línea, nunca una
farmacéutica estuvo tan cerca.
Y aunque no es lo importante
de la historia, vamos con lo deportivo, empezamos perdiendo nuestro primer
partido el debut, en el torneo, contra el Torrent, grandísimo equipo
valenciano, los nervios y muchas normas nuevas no hicieron mella, a raíz de ahí
todo fue rodado, positivo y aunque cayéramos en la final no hubiera cambiado ni
una de las vivencias del torneo por ganarlo. Cuartos de final contra el Atlético
de Madrid y tanda de penaltis en semifinales contra el F.C. Barcelona, quizás
fueran nuestros mejores partidos. Ver la alegría de pasar a la final no podía
quedar sin mención y acuñamos el término “Tenderete”, importado desde Valencia
a Madrid y el cual nos ha provocado múltiples risas entre los componentes de la
expedición, pequeños secretos que revelamos ahora.
Tras perder la final contra el
Alzira, campeón valenciano y equipazo, toco consolar a nuestros pequeños,
arropados por sus mayores, por padres y familiares y por toda la hinchada
azulona asistente, entrega de premios, comida y camino de vuelta.
La historia es narrada tal y
como ocurrió, a la carrera, maratoniana y sin descanso, en el autobús de vuelta
había lucha entre los monitores por poder estirar las piernas cansadas y
acalambradas pero lo mejor de todo sin duda el poder haber compartido esta
experiencia con cada uno de los compañeros de la expedición, la convivencia,
las ayudas de unos para los otros, el respeto y todos y cada uno de los valores
que he tenido la oportunidad de reforzar gracias a mis compañeros y junto a 15
pequeños de 6 y 7 años de edad.
Como conclusión sin duda
alguna puedo aseverar que han sido los 4 días más cansados de nuestras vidas,
la mitad no hemos podido ni ir a trabajar en la semana posterior al torneo y
los que lo han hecho son auténticos supervivientes, pero sin duda alguna ha
sido la experiencia más gratificante como entrenador que se puede vivir,
gracias al fútbol base por mostrármela y a fotosybanquillo por dejar narrarla."
Roberto Tello Martín