Trabajo a través de filosofía


Llegamos al final de la semana con la amplitud de conocimientos y grandeza de recursos que te da el deporte del fútbol. La curiosa circunstancia en la que situamos a principio de semana a los entrenadores vascos, está evolucionando para devolvernos reflexiones tan interesantes como diferentes entre sí.

Hoy nos escribe Jorge Redondo García, entrenador nacional que actualmente trabaja en el CD Ciudad de los Ángeles (Preferente Madrileña).

Afronto este comentario desde la ignorancia futbolística puntual de no tener conocimiento, hasta ahora, que en esta próxima temporada 16-17, se da la circunstancia que en todos los grupos de 2ª B hay al menos un entrenador de origen vasco. Dato sorprendente. No solo por la “curiosidad” del caso, sino porque de lejos, es algo que no sucede con entrenadores de otras zonas de España o incluso entrenadores de fuera de España.

Esta curiosidad, poco típica, me lleva a plantearme lo siguiente:

Siempre me he considerado algo “fuera de onda” en esto del futbol, casi desde que inicie mi camino en este deporte, hace más de 25 años. Amante de la innovación, del progreso, de la mejora de este deporte tan querido por tantos, pero a la vez siendo un “romántico empedernido” del fútbol que llamamos de “antes”. En parte, no. En gran parte, mi abuelo Juan tuvo la culpa. Yo le hablaba de lo que hacía y lo que quería hacer y el, aun escuchándome atentamente, solo me respondía sobre lo que se hacía antes y como era ese fútbol. Más que el fútbol, lo que rodeaba al fútbol. Y escribo esto porque es ahí donde quiero ir a parar.

Como en muchos aspectos de la vida, tan importante es el que hago así como el cómo lo hago. Y eso es algo que en fútbol del País Vasco, se cuida muy mucho. Hasta las últimas consecuencias.

Txetxu Rojo
Txetxu Rojo, Amorrortu, Jabo Irureta, Clemente, Iñaki Sáez, Mendilibar, Terrazas, Carlos Pouso, Asier y Gaizka Garitano, Unai Emery y el ultimo en unirse a esta lista, Lopetegui.
No son solo nombres. Todos tienen esa aura mística que les rodea, esa aura de ser distinto. ¿Por qué distinto?, ¿No tienen acaso la misma formación, experiencia en categorías superiores?, ¿Que les hace distintos?

En mi opinión, creo que todos dan sentido a su trabajo a través del sentido de esta “filosofía” como es el salvaguardar el valor del fútbol como competición entre naturales de una zona contra los de otra, frente a la tendencia de negocio que hay actualmente, incluso en las categorías excluidas de la LFP.

Para ellos, un niño que juega en su calle lo tendrá mucho más fácil que en otros sitios para cumplir su ilusión de jugar en el equipo de sus sueños. Y este pensamiento se transmite velozmente formando un ADN prácticamente indestructible. 

La mayoría de los entrenadores, sabemos, saben que esto hace dificilísimo obtener triunfos en esta época de globalización, pero disfrutan mucho más con cada pequeño éxito. Y quizá de eso va todo esto, ¿no?, de disfrutar de eso pequeños triunfos. Cuando se trata del triunfo de las utopías, ese romanticismo comentado anteriormente multiplica la victoria hasta saciar al mayor de los insatisfechos. Y este, es el bien más preciado de estos entrenadores.

Aún quedan algunos románticos que disfrutan de estas pequeñas victorias, de estos pequeños triunfos. Y esperemos que siga habiendo, para ser aún más los que alimenten la creencia de que el dinero no lo es todo en el fútbol. El destino ha querido que el modesto conjunto de entrenadores vascos  tengan que defender su condición de líderes. David contra Goliat. Veremos quién gana esta vez.




  Jorge Redondo García