Llevo 9
meses viviendo en Inglaterra y os traigo
mis primeras impresiones después de haber
entrado en contacto con una escuela de chicos comprendidos entre los 6 y los 14
años.
Desde el
primer día, vi que aquí el fútbol es muy diferente al nuestro y aquí van, a
grandes rasgos, las primeras cosas que me están llamando la atención:
INSTALACIONES
INSTALACIONES
Cuando estás acostumbrado a ver como centenares de niños comparten campos de fútbol entrenando en terrenos de juego cuyo mantenimiento deja mucho que desear lo primero que te choca es las instalaciones que tienen aquí.
Allí dónde crezca el césped encontrarás un campo de fútbol |
Campos de
césped artificial y natural repartidos por toda la ciudad (los de césped
natural normalmente en parques) dónde centenares de niños pueden realizar su
actividad sin problemas de sobre-ocupación y espacio.
Una auténtica delicia.
ESTRUCTURA FORMATIVA
Una auténtica delicia.
ESTRUCTURA FORMATIVA
Segundo aspecto que llama la atención cuando lo comparamos con España: la mayoría de equipos no compiten en ligas federadas (reservadas solo a canteras de determinados equipos) sino que compiten en una serie de copas/torneos organizados por diferentes equipos/ciudades. Y mientras no juegan estas copas, juegan amistosos. Ocupando todos los fines de semana del año.
El sueño del entrenador español |
En España los niños empiezan directamente en fútbol 7 y de allí pasan a fútbol 11, sin embargo aquí todo es más escalonado.
Los más pequeños empiezan en campos de fútbol 5, pasan al 7, más tarde al fútbol 9 y finalmente, en el equivalente a nuestra categoría cadete, llegan al fútbol-11.
A parte de ir aumentando tamaño de campo y complejidad táctica de manera estructurada, el empezar con fútbol 5 hace que los equipos de niños en las edades iniciales sean menos numerosos y en consecuencia el entrenador pueda realizar una labor pedagógica más individual.
METODOLOGÍA
Llevo pocas semanas viéndoles, pero suficiente para saber que la corriente comenzada en España por la selección o el Barsa de Guardiola ha calado fuera de nuestras fronteras.
Aquí también quieren que sus equipos practiquen un juego asociativo, salgan jugando desde atrás.....pero no renuncian a su ADN británico.
No les gustan los ataques largos, en los que el balón pasa de jugador de jugador hasta que aparece un hueco. A la mínima buscan profundidad, con diagonales desde banda a poder ser y siguen teniendo ese instinto que les hace atacar la portería contraria como objetivo principal.
Incluso en partidos de alevines, se aprecia un juego rápido, de avanzar en profundidad más que en amplitud y dónde desde pequeños conciben el fútbol como un deporte de contacto. Tackles, cargas, pierna fuerte en los balones divididos....y una intensidad que quizás cueste ver más en España.
Y luego algo que a mí me encanta, buscan portería cada vez que pueden desde media-larga distancia, y es algo que entrenan, como si no quisiesen perder su esencia al tiempo que intentan modernizar su juego.
RESPETO POR EL JUEGO
Dejo este último punto para el final, pero para mí es el más importante.
Como os decía al principio, los equipos suelen jugar torneos locales fuera del ámbito de la federación, lo que quiere decir que normalmente no hay árbitros. Si, como leéis, como mucho un entrenador de otro equipo o alguien que arbitre voluntariamente, pero muchas veces no hay nadie arbitrando. Lo que sería un caos en España se convierte en un verdadero ejemplo de respeto por el juego y los rivales.
No hay protestas por parte de los jugadores, ni de los entrenadores, ni siquiera de los padres (que casos aislados aparte) disfrutan del juego de sus hijos sin casi interferir. Es increíble ver como son los propios jugadores los que "arbitran" el encuentro, sin pillerías, sin buscar el engaño, reconociendo las infracciones y respetando al rival.
Me queda por comprobar si es algo fuera de lo normal o si en todos los campos y partidos se respira ese ambiente sano y de respeto que he vivido hasta ahora.
Y hasta aquí estas primeras impresiones, según vaya adentrándome más en el fútbol inglés os intentaré traer más experiencias.
Carlos Alfonso Sarria