Repugnantes





















El comportamiento del ser humano no sorprende en absoluto cuando se trata de los instintos más básicos. Cuando esos instintos se mezclan con el forofismo radical que despierta el deporte del futbol, el resultado es tan deplorable como previsible.

Los acontecimientos ocurridos en los últimos días con hinchas de varias selecciones tienen el sello más radical de algunos los grupos sociales más violentos que existen. El fútbol es tan solo el vehículo que les permite justificar esos actos, que por otra parte no tienen justificación alguna.

En España ya vivimos la muerte de un hincha que pertenecía a un grupo radical y que había “quedado para pegarse” con otro grupo de hinchas radical, el resultado removió alguna conciencia y alteró la atención social. Tristemente la preocupación por estos sucesos se ha quedado en humo y las autoridades mundiales y europeas del fútbol pocas medidas tomaron al respecto.

Ahora, con la celebración de la Eurocopa de Francia era de esperar que los grupos radicales sacaran a relucir sus mejores artes, comportándose como lo que son toscos hombres de las cavernas sin juicio, ni inteligencia alguna que se han empeñado en manchar todo lo que rodea al fútbol.

La FIFA y UEFA deberían de estar preocupados por estos sucesos y tomar medidas radicales al respecto, en lugar de tratar de poner orden en sus despachos. Menos despachos y más medidas.

La reacción de las autoridades del fútbol ha sido una absurda amenaza y un “multita” económica. Como era de esperar estos animales han vuelto a repetir su comportamiento y es el momento de que las autoridades cumplan sus amenazas o por el contrario tomen las medidas necesarias para que no vuelva a ocurrir.


Estos animales ensucian todo aquello que tocan y deberían de tomarse medidas conjuntas entre sus países de orígenes, federaciones, autoridades internacionales …etc, para que el deporte del fútbol  siga siendo noticia por lo que es, un hermoso espectáculo.




Félix de Blas