En la tarde de ayer la Eurocopa de Francia 2016 nos brindó el primero de los grandes duelos, España e Italia medían sus fuerzas y sus estilos. No decepcionó, pues para todos los amantes y analistas de este deporte, la batalla táctica se convirtió en una Master Class sobre como plantear un partido, sobre todo viendo la disposición y juego del equipo Italiano.
Lejos
de lo que la mayoría del público cree, la escuadra italiana defendía un estilo
que lleva fraguando desde hace más de dos años. Hace tiempo que renunció a los
balones largos y al repliegue total como únicas armas de su juego, la evolución
de su estilo es clara y una buena noticia para el fútbol.
Virtudes
y planteamiento Italiano
Desde
el minuto inicial del partido, los italianos adelantaron sus líneas y
acompañaron su ya clásica máxima intensidad defensiva con una presión alta,
bien estudiada y no por eso menos ordenada.
Foto: Marca.com |
España
encontraba cerrados todos sus espacios desde la salida de balón, donde los
italianos pusieron espacial énfasis en fijar la marca del español Sergio
Busquets, esto sumado al mal posicionamiento de los jugadores españoles dejaba
el balón largo como única arma para el equipo español.
Desde
ahí, los italianos no tardaban en recuperar la posesión de la pelota gracias a
la solvencia de los tres centrales. Estos recibieron constantes ayudas del
romano De Rossi que facilitaba tanto las tareas defensivas como la salida del
balón.
Foto: @ScoutingDeport |
En
los momentos en los que el equipo español podía disfrutar de la posesión, se
encontraba con un equipo rival instalado en un solidario, compacto e intenso 1-5-3-2 muy
flexible en su posicionamiento sobre el campo.
Este sistema los italianos lo plantearon con tres ideas muy claras.
· Marca
fija de uno de los delanteros sobre Sergio Busquets.
·
Líneas
muy juntas y reducción de espacios.
·
Ayudas
defensivas permanentes, sobre todo en las bandas.
Con
el balón el equipo italiano de Conte no renunciaba al juego claro y de calidad,
en muchas ocasiones el mismo Buffon iniciaba el juego con centrales abiertos.
Cuando la posesión de la pelota llegaba tras una recuperación o pérdida del
equipo español, el objetivo era bastante directo y claro. En ese momento del
juego las espaldas de los laterales Jordi Alba y Juanfran eran el lugar
preferido para hacer penetrar sus ataques, que eran tan elaborados como rápidos
y todos sabemos cómo sufre España en las transiciones rápidas a espaldas de sus
laterales.
Los
males de España
España
planteó el partido tratando de ser fiel al estilo que la ha llevado a la cumbre
del fútbol mundial. Posesión con mucha movilidad por dentro, velocidad en espacios cortos y llegadas desde
segunda línea con mucha amplitud y profundidad.
Foto: @ScoutingDeport |
Aunque
el equipo de Vicente Del bosque evidenció varios defectos graves en el
planteamiento del juego, convirtiéndose en un equipo previsible, lento, falto
de intensidad y sin respuesta.
Durante
todos los minutos de juego España apenas dio amplitud y su exceso de juego por
el centro acaba con el balón en los pies del equipo Italiano demasiado rápido. En
los momentos en los que los laterales españoles se desplegaron y dieron
amplitud al juego, la lentitud y falta de movimientos de apoyo por dentro
cerraron esa puerta también.
Estas
carencias en el juego español privaron de profundidad al equipo en sus ataques,
restándole el efecto sorpresa a los jugadores que llegaban desde segunda
línea.
Por
último destacar la tardanza en llegar al campo de extremos puros para dotar de
más amplitud al juego. Estos llegaron con la salida al campo de Lucas Vazquez,
que aportó un cambio de velocidad en el juego y la tan necesitada amplitud.
En
resumen, se podría decir que el equipo italiano desconectó del partido a una España
que no supo tener respuesta ni plan b cuando se vio superada.
fotosybanquillo