La
necesidad de atención puede llevar a que el ser humano sobrealimente su ego y
convierta su día a día en una búsqueda de público que le haga subir al trono
que tanto desea ocupar.
El
deporte de élite, más concretamente el fútbol profesional, se ha convertido en
un conjunto de egos que vagan por la opinión pública en busca de atención y
dinero. Jugadores, clubes y prensa desvirtúan a diario el verdadero sentido de
este deporte dando trascendencia a asuntos que están fuera de lo que es verdaderamente
importante, el balón.
Entre
todos estos artistas mediáticos que viven de los desechos de este deporte,
puedo nombrar con total libertad a parte de la prensa deportiva que ha
convertido su digna profesión en un circo y a los medios de comunicación
deportiva en un comic de ciencia ficción.
Es
habitual ver portadas de periódicos, programas de televisión e incluso escuchar
retransmisiones deportivas rayar lo absurdo y dar de comer al populismo
amarillo. Pocos profesionales de la información dedican su tiempo a informar y
hablar de la verdadera esencia de este deporte del fútbol, la mayoría de ellos
copan sus minutos y páginas en temas intrascendentes y cuyo único interés es volver
la prensa deportiva en prensa rosa.
No
hay más que pararse a ver un rato los diferentes medios de comunicación
deportiva, ya sea en televisión, radio o prensa escrita, en todos ellos es
fácil encontrar referencias informativas
a la vida privada de futbolistas, este ha dicho y aquel contestó, sin dejar de
nombrar la moda periodística de vestir con otras camisetas a los futbolistas.
Informaciones
inventadas, entrevistas tan dañinas como absurdas, periodistas con exceso de
forofismo, torpes portadas y retransmisiones deportivas llenas de paja, todo
ello hace que el periodismo deportivo se desvirtúe cada día un poco más y por
momentos pase a convertirse en verdadera prensa rosa.
Vaya
por delante mi admiración por esta digna profesión y por todos aquellos
profesionales que la hacen pura y verdadera, ellos son los que hacen grande la
información real y admirable la labor periodística, razón de más para
considerar lamentable el rumbo que ha tomado de un tiempo a esta parte el
periodismo deportivo.
Félix de Blas