El
camino al que nos enfrentamos educadores y entrenadores en este pequeño mundo
del fútbol base puede llegar a ser duro y en ocasiones un total y absoluto
misterio, en medio de esa locura aparecen grandes hombres que en nuestro camino
sirven para orientarte y asegurarte que lo que haces es lo correcto.
Horst
Wein, para muchos de nosotros en todo el mundo, era, es y será uno de esos
hombres que con sus enseñanzas puso rumbo a
nuestro camino en los banquillos. Hoy me despierto con la noticia de su pérdida,
sin duda el mundo del fútbol ha perdido a uno de sus grandes hombres.
Este
alemán de aspecto afable, dedicaba su tiempo y vida a asegurar que sus
enseñanzas llegaban a todo el mundo con el único objetivo de educar a los niños
en el fútbol. Muchas de sus publicaciones y libros han servido a numerosos
entrenadores en todo el mundo del fútbol para dar sus primeros pasos sobre
terreno seguro.
En
mi caso, desperté al mundo de los banquillos con su “Fútbol a la medida del
niño” de la mano, aprendiendo que este deporte debe de ser para los más
pequeños algo divertido con lo que aprender.
La
cercanía de sus palabras y la claridad con la que te hacía llegar que lo más
importante en este deporte es saber enseñar y ser un buen educador, hacen que
muchos echemos de menos a este “profesor”
que para todos los que trabajamos en el fútbol base debería de ser considerado
un amigo, pues ha hecho tanto por nosotros como el mismo balón.
Nadie
más volverá a escuchar los credos y verbos de este gran educador, su sabiduría
quedará eterna en la letra escrita en todos y cada uno de sus libros. Sin duda
es alguien que todos los entrenadores deberíamos de leer alguna vez, un
personaje referencia que el tiempo y la grandeza de este deporte conseguirán
que se convierta en mito.
Hasta
entonces, adiós amigo, adiós Horst Wein.
Félix de Blas