Cuando
el ego del ser humano brilla tan alto como el mismo cielo, todo lo que le rodea
se nubla y se vuelve oscuro. Nada hay tan peligroso para las personas como su
propio ego, más si cabe cuando este viaja sin control.
Hablar
de fútbol y de ego es inevitable entre la élite adinerada que habita en nuestro
fútbol actualmente. Pero si buscamos un personaje que encarne y sea reflejo
vivo de ese ego descontrolado no podemos dejar escapar la figura de Cristiano
Ronaldo.
Este
gran futbolista o atleta no duda en apuntar en otra dirección cada vez que las
cosas pintan mal para su equipo. Esta semana han sido sus compañeros de equipo,
en otras ocasiones el rival, los periodistas o en el caso de Benítez el
entrenador. Declaraciones como las últimas realizadas por el portugués dejan
claro que el tamaño de su ombligo es altamente dañino y anti estético para la
práctica de este deporte.
Las
Características técnicas de este futbolista son extraordinarias e ideales para
la práctica de este deporte a nivel profesional, pero se le olvida el nivel
humano que se debe practicar en los terrenos de juego y eso es una mancha que
nunca se podrá limpiar.
Tácticamente
este deportista se mueve en exclusiva para el trabajo ofensivo, perfil del
juego para el que destaca entre los mejores siendo su mayor cualidad como
futbolista. Pero es a la hora de trabajar defensivamente cuando su ego le
empuja a no moverse, habiendo decaído mucho en este aspecto del juego en los
últimos años.
Presión,
repliegue, cobertura...etc. son algunos de los términos que no maneja el
diccionario futbolístico de CR7, y eso habla mucho de la solidaridad que este
señor tiene como futbolista. Hace mucho tiempo que este jugador de élite
mundial no aporta nada al juego defensivo de su equipo, hecho muy del gusto de
Florentino Pérez pero que aporta numerosas ventajas a todos los rivales del
Real Madrid.
Ningún
entrenador del mundo es capaz de conjurar una metodología que solucione el nulo
aporte defensivo de uno o varios jugadores suyos, correr es un acto voluntario
que el individuo acepta hacer o no y contra eso no hay entrenador que pueda
luchar, contra el ego del futbolista no hay sistema de juego que encaje.
Desde
fuera se observa una atención que bordea la obsesión por los números
personales, dile a Cristiano que es un gran futbolista que mete muchos goles y
te sonreirá, dile que es un futbolista que tira en vez de pasar y que apenas
aporta juego defensivo y su respuesta no será tan cordial.
Alguien
debería de explicarle a este señor que este deporte es cosa de 11, que nadie
llega a la élite por sí mismo si no tiene grandes futbolistas a su alrededor. A
nadie le importa el rendimiento de una estrella del fútbol si su equipo da mala
imagen y se convierte en un equipo desecho que apenas sabe jugar en bloque y
defender.
Paciencia
señor Ronaldo las estrellas no brillan eternamente y aunque le pueda molestar a
UD., el cielo siempre será igual de grande.
Félix de Blas