Por
encima de la sombra de las instituciones sociales y políticas de este país,
sobrevuelan como buitres añejos sus regidores y dirigentes. Personas que se
enclaustran en sus sillones y echan raíces en los cargos, convirtiendo aquello
que manejan en lentas máquinas de no hacer nada. Este caso se vive en las instituciones
de nuestro fútbol donde se puede considerar lamentable la imagen que dan sus
dirigentes con las noticias que salen a la luz cada día.
El
proceso de inhabilitación que ha iniciado el Consejo Superior de Deportes (CSD)
contra la figura de Ángel María Villar, así como
al vicepresidente adjunto a la presidencia para Asuntos Económicos de la RFEF,
Juan Padrón, pone al desnudo las carencias y miserias que se generan en
la dirección de nuestro fútbol.
Ángel Maria Villar |
Estos hechos dan la razón a aquellos que piden el cambio, y a
los que pensamos que cierto tipo de cargos deberían de tener una limitación en
el ajustada en el tiempo por una legislación oportunamente acorde a esta realidad.
Por otro lado, la imagen se daña cada vez que personas como
Tebas o Villar muestran sus diferencias en los medios, dejando de lado los
temas que realmente nuestro futbol necesita de atención.
La RFEF corre el peligro de convertirse en una institución
anticuada en el tiempo, teniendo claro siempre que desde allí y junto con la
LFP se maneja de manera injusta y sospechosamente politizada el fútbol
nacional.
Escándalos como este o el sufrido hace tiempo en el seno de
la FIFA, hablan de la auténtica y verdadera necesidad de un cambio de rumbo en
todas las instituciones del deporte del fútbol. Si para ello es necesario que
mentes e ideas nuevas entren en escena y den un nuevo rumbo al deporte,
bienvenido sea.
Esperemos que pronto estos escándalos dejen de manchar las entrañas
de este bonito deporte. Demos las gracias a todos aquellos que hace mucho
tiempo decidieron dedicar su vida a dirigir el fútbol, hoy en día nada nuevo
tienen que aportar por lo que el cambio es más necesario que nunca.
Félix de Blas