¡Castigado sin fútbol! ¿Porqué?
















Es habitual la escena del padre o la madre que castiga a su hijo sin fútbol cuando tiene un mal comportamiento o cuando llega con unos malos resultados académicos a casa, pero ¿es la mejor opción?

Quizás, y aunque a veces sea difícil de llevar a cabo, castigarle sin deporte siempre debería ser la última opción. Sabemos que en ocasiones es difícil hacerles reaccionar y éste es un castigo muy “potente” ya que son capaces de cualquier cosa por no quedarse sin fútbol, pero sería interesante pararnos a pensar qué es lo que les estamos quitando realmente cuando castigamos a nuestros hijos sin deporte.

Puede que hayamos escuchado demasiadas veces que el fútbol es sólo dar patadas a un balón o que son 22 tíos corriendo detrás de una pelota. Expresiones demasiado habituales, desgraciadamente. Sin embargo, si vuestro hijo juega al fútbol y forma parte de algún club y equipo deportivo, os aseguro que disfruta de múltiples beneficios para su educación a todos los niveles.

La educación deportiva es la faceta más evidente. Si vuestro hijo forma parte de un club o escuela de fútbol estará recibiendo por parte de su entrenador unas nociones futbolísticas que el niño aprenderá. Estas nociones serán tanto técnicas (veréis como cada vez controla mejor la pelota, tiene un mejor golpeo del balón o un mejor regate), también tácticas (aprenderá a colocarse en el campo, a desenvolverse en diferentes sistemas de juego, a realizar diferentes acciones tácticas…) y también veréis una mejora de sus condiciones físicas (mejora de su velocidad, de su potencia de disparo, de su resistencia…). Pero esto no acaba aquí, sino que también adquirirá unos hábitos deportivos que harán que pase lo que pase en el futuro, vuestro hijo tenga tendencia a incorporar el deporte y la actividad física como parte de su vida, algo muy beneficioso para su salud. Pero, ¿qué más le aporta a mi hijo la práctica deportiva?

El fútbol es un escenario magnífico para que nuestros pequeños aprendan todo lo que queremos enseñarles (o al menos muchas de las cosas). ¿Por qué? Porque se trata de un ambiente lúdico, que a los chicos les suele gustar y donde se suelen sentir agusto, lo que les hará estar mucho más receptivos y predispuestos a ciertos aprendizajes y enseñanzas:

-    Esfuerzo: El fútbol enseña a nuestros pequeños que las cosas se consiguen con esfuerzo, que el premio de jugar el domingo está íntimamente relacionado con cuánto me haya esforzado durante la semana, si he sido obediente, si me he comprometido con el equipo… Además, si me esfuerzo tendré el reconocimiento de mi entrenador, de mis compañeros incluso, a veces, de un montón de gente que me anima desde la grada.

-   Compañerismo: la mayoría de nosotros queremos educar a nuestros hijos en el compañerismo y la generosidad, ¿y qué mejor manera se os ocurre que en el contexto de un equipo que trabaja junto, se esfuerza junto y lucha junto? El fútbol nos enseña a compartir los logros con los demás, a ayudar al compañero a levantarse y a animar a aquel que lo necesita, valores sumamente importantes y positivos en la vida.

-       Respeto: Vuestro hijos convivirán con un montón de chicos diferentes a él, a veces con diferentes costumbres, a veces con diferentes idiomas…Vuestro hijo aprenderá a respetar a los demás, ya sean miembros de su propio equipo como de equipos rivales.
-      Algo importante que nuestros hijos aprenden cuando practican un deporte es a asumir su rol. En el fútbol los niños aprenden a relacionarse con iguales dentro de su equipo, a gestionar la rivalidad y a relacionarse también con un rol superior como el de su entrenador.

Además, practicando este deporte se adquieren numerosas habilidades psicológicas muy beneficiosas para el día a día, como por ejemplo:

-       Autoconfianza: Practicar un deporte mejora la autoconfianza y la autoestima de nuestros hijos, ya que ellos serán conscientes de sus mejoras, verán como mañana consiguen lo que hoy no les sale…

-             Gestión del error: La práctica deportiva también ayuda a los chicos a gestionar sus errores y les enseñará que las cosas no siempre salen como ellos esperan y les ayudará a superar la frustración. Quizás no siempre consigan el resultado que se merecen, pero eso les pasará numerosas veces a lo largo de sus vidas.

-     Gestión del tiempo: Al realizar una actividad tan importante para ellos ésta empezará a formar parte de sus “agendas”, planificarán su fin de semana teniendo en cuenta el partido, tendrán que ser puntuales a sus entrenamientos…

¿Por qué no debo castigar a mi hijo sin deporte?

En primer lugar, para no privarle de los múltiples beneficios de los que hemos hablado anteriormente.

Para seguir, y muy importante, porque mi hijo, cuando comienza a formar parte de un equipo está adquiriendo con éste una serie de compromisos y obligaciones y nosotros como padres debemos ser los primeros que les enseñemos a cumplirlos en lugar de lanzarles el mensaje de que no pasa nada por dejarlos de lado. A lo largo de su vida tendrá que hacer frente a numerosas obligaciones y tendrá que aprender a gestionar su tiempo para llegar a todas, ahora tenemos una oportunidad magnífica para enseñarle a hacer una buena gestión de sus pequeñas obligaciones sin descuidar ninguna ya que en el futuro…no podrá hacerlo. Tenemos que enseñarle a comprometerse con aquello que decida y a ser constante, teniendo claro, por supuesto, que el ámbito académico es siempre el primero y el más importante.

La realidad es que actualmente tenemos múltiples opciones si queremos poner un castigo a nuestros hijos: consolas, móvil, salidas con amigos… intentemos buscar opciones y no recurrir al deporte, cuando éste les aporta tantas cosas buenas. Además la actividad física mejora el rendimiento intelectual, así que si quieres castigar a tu hijo… ¡mejor sin PlayStation!


Virginia Sánchez

Psicóloga deportiva